La historia se repite en Nuevo Laredo, y esta vez, las acciones (o la falta de ellas) de la alcaldesa Carmen Lilia Canturosas Villarreal vuelven a estar en el centro de la controversia.
Durante su gestión como regidora, la falta de supervisión y mantenimiento de una plaza pública en la colonia Nueva Era resultó en una tragedia que dejó a un niño de 5 años sin su mano izquierda.
Hoy, como presidenta municipal, su insensibilidad y desdén por los problemas de la ciudadanía han dejado a otra familia destrozada, esta vez por la muerte de la pequeña Sofía Abigail, de 4 años.
La plazuela en la colonia Nueva Era, construida durante el trienio de Carlos Canturosas y bajo la dirección de Carlos Germán de Anda Hernández, quien curiosamente ocupa el mismo puesto en la actual administración, se convirtió en el escenario de un accidente evitable.
El 6 de enero de 2019, Ángel Cabral Tapia, de solo 5 años, sufrió la amputación de su mano izquierda después de que una mesa de concreto, mal fijada y sin mantenimiento, se desplomó sobre él mientras jugaba. Carmen Lilia Canturosas era regidora por el PAN y representante del sector de la colonia Nueva Era. Nancy Tapia, madre del pequeño Ángel, recuerda con dolor el día en que su hijo perdió la mano.
«Estaba sentado en la mesa cuando de repente se desprendió y le cayó encima. Su mano quedó destrozada», relata entre lágrimas. A pesar de múltiples cirugías, la mano de Ángel no pudo ser salvada. La familia tuvo que recurrir a la Cruz Roja para un traslado a Monterrey, después de recibir un trato discriminatorio y un apoyo limitado por parte del gobierno local.
Este trágico evento, que expuso la falta de responsabilidad de Carmen Lilia Canturosas como regidora, ahora resuena con mayor fuerza bajo su mandato como alcaldesa. Su desinterés en supervisar las obras públicas y garantizar la seguridad de los espacios públicos refleja una preocupante falta de empatía y sensibilidad política, valores que traicionan los principios fundamentales de la Cuarta Transformación que dice representar.
El caso de Ángel no es un incidente aislado. Este año, la comunidad de Nuevo Laredo se vio conmocionada por la muerte de Sofía Abigail, una niña de 4 años que perdió la vida debido a la falta de apoyo adecuado para tratar su enfermedad. En lugar de mostrar compasión, la alcaldesa utilizó el caso para defender su imagen en una sesión de Cabildo, culpando a las redes sociales por «ensuciar» su reputación, mientras la familia de Sofía enfrentaba un dolor indescriptible.
Estos casos ponen en evidencia que Carmen Lilia Canturosas ha fallado no solo en cumplir con su deber como funcionaria pública, sino también en su responsabilidad moral hacia los ciudadanos que confían en ella. La tragedia de Ángel y la muerte de Sofía son recordatorios de las consecuencias devastadoras de una administración que prioriza la apariencia sobre la acción y la retórica sobre la verdadera empatía.
La ciudadanía de Nuevo Laredo, que ha visto cómo sus necesidades y sufrimientos son ignorados, comienza a cuestionar si la alcaldesa realmente está al servicio del pueblo o si, como ha demostrado en estos casos, sus acciones están destinadas a proteger únicamente su propio interés.