En respuesta a las iniciativas planteadas por el rector Guillermo Mendoza Cavazospara realizar en la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT) investigación asociada al desarrollo sustentable, especialistas de la casa de estudios están descubriendo en especies de insectos nuevos compuestos que podrían aportar una serie de beneficios al ser humano, desde la alimentación hasta el combate de enfermedades crónico-degenerativas.
Lo anterior lo dio a conocer el Dr. Jorge Ariel Torres Castillo, experto en biotecnología y ciencias agropecuarias, al presentar los avances sobre las aplicaciones biotecnológicas del insecto conocido como chiva del encino(Pterophylla beltrani) en el Curso Internacional de Entomofagia que se desarrolló en la Unidad Académica Multidisciplinaria Mante de la UAT.
En ese contexto, el investigador universitario destacó que se han descubierto en ese insecto 143 compuestos que no tenían registro, provenientes de plantas que pueden investigarse para verificar sus efectos en la salud o en la nutrición.
Durante el evento organizado en coordinación con la Universidad Autónoma de Nuevo León y la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia, el Dr. Torres Castillo sostuvo que dicha especie es de interés para la industria de los alimentos debido a la producción de químicos con potencial antioxidante que posee.
Dijo que la proteína obtenida de los insectos puede ser usada en la alimentación humana y animal, además de convertir materiales en moléculas que se pueden aprovechar como nutrimentos y también pueden ser funcionales para complicaciones metabólicas como la diabetes.
El investigador, cuya línea de generación de conocimiento es la biotecnología de plantas e insectos, señaló que estos animales han desarrollado la capacidad de consumir diferentes sustratos y de asimilar los compuestos producidos por las plantas, y que esas son las novedades que se están estudiando para conocer las diversas funcionalidades que se puedan aprovechar para beneficio humano.
Agregó que se están estudiando los entomoquímicos de la chiva del encino, es decir, aquellos compuestos que están dentro del insecto y provienen de las dietas o son sintetizados de forma endógena, pero que son metabolitos de bajo peso molecular y tienen funcionalidades en diferentes situaciones fisiológicas, ecológicas, o que tienen el potencial de ser compuestos bioactivos, como es el caso de los antioxidantes o antinflamatorios, puesto que se han detectado elementos que tienen la función de regular la presión arterial y la diabetes.
Explicó que todos estos aspectos se han logrado a lo largo de ocho años de investigación y que actualmente trabajan en el aprovechamiento de la especie para la alimentación.
Puntualizó que los retos en torno a este trabajo son incrementar la investigación para el desarrollo de productos, la formación de recursos especializados, así como contribuir al conocimiento integral de la entomofagia para fortalecer iniciativas para la producción masiva y sustentable.