ALTAMIRA, TAM.- La sequía en la zona rural de #Altamira, #Tamaulipas, ha alcanzado niveles críticos y ha dejado a agricultores y ganaderos enfrentando pérdidas económicas considerables. En medio de esta crisis, comunidades enteras han recurrido a rituales desesperados para atraer la lluvia y poner fin a la devastadora sequía que azota la región.
Hombres, mujeres, niños y hasta sus mascotas, acompañados de animales de granja, se han unido en procesiones que recorren los campos áridos donde antes florecían cultivos. La esperanza se encuentra en las imágenes de santos y vírgenes, a quienes se les rinde devoción mientras se pide con fervor que la tan necesitada lluvia regrese.
La sequía ha asolado la región durante más de tres meses, sin que una sola gota de lluvia haya caído en los campos de Altamira. Esta situación ha impactado gravemente la actividad tanto en la ganadería como en la agricultura, dejando a los ejidatarios con cosechas marchitas y animales sedientos.
La desesperación ha llevado a comunidades a depositar sus esperanzas en la fe, realizando procesiones y rituales en busca de una solución divina para su angustia. Con la esperanza de que los cielos se abran y el agua bendita de la lluvia restaure sus tierras resecas, los residentes continúan su lucha contra la sequía.
Mientras la sequía persiste, las autoridades locales y los agricultores trabajan en conjunto para implementar medidas de mitigación y buscar asistencia gubernamental. La situación es crítica, y la zona rural de Altamira se mantiene en vilo, esperando que sus súplicas sean escuchadas y que la lluvia finalmente llegue a aliviar sus penurias.